Los medios de obtención de pruebas utilizados en la fase preliminar de la persecución penal, especialmente en los casos de delincuencia organizada, se han vuelto más sofisticados. Desde hace tiempo, la legislación prevé medios excepcionales de obtención de pruebas o métodos ocultos de investigación, cargados, como su nombre indica, de secreto. Las características de este tipo de criminalidad, que es continua o permanente y no tiene víctima directa, entre otras especificidades, representan desafíos al modelo tradicional de investigación preliminar, que se vio obligado a hacer uso de nuevos instrumentos de persecución penal, como la interceptación telefónica. , telemática, captación ambiental de señales electromagnéticas, ópticas o acústicas, y métodos como la acción controlada y la infiltración de agentes, entre otros. En este sentido, las posibilidades de uso de la tecnología, a través de la búsqueda de rastros, datos e información, almacenados o en tránsito, modifican significativamente las formas tradicionales de investigación criminal. Además, las tecnologías de vigilancia, especialmente en medios digitales, han desdibujado la frontera entre la prevención y la represión del delito, entre la seguridad pública y la persecución penal. Por otro lado, la protección del secreto de las comunicaciones y la privacidad, las cuestiones del uso de datos personales en el ámbito de la seguridad pública y en las investigaciones criminales, hacen hincapié en dichos usos. Estos temas requieren reflexión y esfuerzo para discutir problemas apremiantes, subrayar posibilidades, trazar límites, verificar la suficiencia de la regulación normativa, la excepcionalidad o expansión del uso de estas tecnologías en la investigación criminal.
Publicado: "31/05/2021"